Recuerdo aquel día,
tú y yo recostados en dulce compañía.
Te conté mi historia,
me abrí las heridas,
para que entendieras de dónde venía.
Mis lágrimas caían
y tu sonreías;
mi alma dolía,
pero yo era la culpable
porque aún te quería.
Colección de poemas, próximamente en físico.
-María Sofía de Lourdes
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