Navegando por Instagram me topé con un caption de una foto que hacía referencia a que estamos a la mitad del año, y que aún podemos cumplir nuestras metas… Fue en ese preciso momento, donde caí en cuenta de lo que aquello significaba. Como decimos en mi país, “me cayó el 20”.

Antes de leer aquel caption, sentía que era otro día cualquiera, pero ahora siento que es un buen día para seguir subiendo los escalones hasta llegar a la cima.

Reflexionando un poco sobre los seis meses que han pasado del 2019, puedo decir que aún no he comenzado la dieta o viajo a equis destino y tener mis vacaciones soñadas, pero he logrado muchísimas cosas que sin restarle importancia a lo mencionado anteriormente, me han llenado de satisfacción.

Algo que aprendí… con tropiezos, es que a pesar de la seguridad y estabilidad que nos pueden ofrecer nuestras rutinas podemos dar más; en cada ser humano está presente la necesidad de crecer.

Debemos ser consistentes con eso que queremos lograr; prestarle atención a nuestro entorno, sin perder de vista nuestras prioridades.

Las personas que más van a exigirnos, somos nosotros mismos. Algo que he mejorado este 2019 es no aferrarme a mi rutina y evitar querer cambiar todo a la vez, bajar la velocidad y avanzar poco a poco por el camino.

En mis 20 años, jamás me había puesto a pensar que el primero de enero no era el único día para comenzar desde cero. El día perfecto para dar vuelta a la página y comenzar un nuevo capítulo, lo decides tú.

Este post no estaba planeado, pero encontré un poco de inspiración y así como me “inspiró”, me gustaría inspirarlos a ustedes.

-María Sofía de Lourdes.