¿No les ha pasado que aman tanto a una persona, que lloran por eso?
Aunque esa persona te haga sufrir, tú sigues a su lado, porque conoces más de él que de ti, amas sus errores y sus virtudes… luego decides tomarte un respiro y te sientes culpable.
Culpable, porque sigues poniéndolo a él, antes que a ti. Sabes que no es perfecto, pero te acostumbraste a su compañía, su risa, sus besos y su cuerpo; es lo único que conoces.
El primer paso nunca es fácil, pero con él… con él no solo caminaste, corriste y te perdiste en el camino.
Inocente y soñadora, admirabas lo bueno y sobre todo lo malo; le diste todo, aunque llegaste a sentir que era en vano.
Te dedico estas letras, para que recuerdes que no estás sola; espero que un día mires atrás y admires lo que fuiste, porque eso te hace quién eres hoy: inocente y soñadora, con ganas de comenzar su propia historia.