Pensamientos en tiempos de cuarentena.
Considero que en Panamá es característico vivir a millón y a la defensiva, y sé que en estos momentos estar encerrados es lo último que queremos, nada reemplaza el contacto humano.
Perdí la cuenta de los días encerrada en casa, muchas cosas han cambiado, tengo tiempo de pensar en todo y en nada. Descubrí que lo único seguro que me quedan son las palabras, esas que escribo gritando, soñando, riendo o llorando.
Ya me estoy acostumbrando a mi nuevo horario loco, ahora me entretengo viendo noticias a las 6:00 p.m., disfruto de una taza con chocolate caliente a las 11:00 p.m. y me mantengo escribiendo para no extrañar los viejos tiempos.
Después de muchos días salí, me reencontré con el sol ardiente y me topé con calles llenas de personas. ¿Por qué la parada de bus está llena? ¿Por qué sigue el tranque vehicular? ¿Por qué él no lleva mascarilla? ¿Por qué ella no guarda su distancia? ¿Por qué no están en sus casas?
Dentro del caos, por lo menos deberían seguir las reglas; están exponiéndose ellos y a sus familias, pero había un pequeño gran detalle que se me había escapado… quizás algunos de ellos están afuera, para que tú y yo estemos en casa.
Mientras yo me quejo por estar en casa, hay otros que añoran regresar a las suyas.
Aquello significó una de las experiencias más humanas y de real sacrificio que he vivido, concluí que las calles estaban llenas de valientes…
Pensé que todos hemos tenido suficiente de la pandemia, pero una vez más le estoy dedicándole un par de palabras, definitivamente esta es mi forma de sobrellevar la situación.
Aprovecho para hacer mi comercial: aunque nos estemos enfrentando a la misma situación, cada uno estamos llevándola como podemos, está perfecto no querer hacer nada, o querer hacer todo… lo importante es no autoexigirse.
María Sofía de Lourdes
[…] Tengamos siempre presente el esfuerzo y sacrificio que hacen los demás. Les comparto un post relacionado: ¿Por qué no están en sus casas? […]
Me gustaMe gusta