Estamos a casi un año de que la OMS haya declarado al COVID-19 como una pandemia. Aquello ha representado un cambio drástico para las personas, siendo vivido de diferentes maneras.
Me gustaría pensar que muchos nos dimos cuenta que la situación no solo nos afecta a nivel físico, económico y social, también tiene un gran impacto a nivel mental. Quizás pasamos la etapa inicial de incertidumbre y estamos siguiendo las normas de bioseguridad, pero este suceso tan estresante de alguna u otra manera afecta nuestra estabilidad emocional.
En algún punto sentí que estaba en una montaña rusa que no podía detenerse. Estaba enojada, sin ánimos de hacer mis tareas, preocupada por mi salud y la de mis seres queridos, con dificultad para concentrarme y con problemas para dormir.
A medida que pasaban los meses y era más consciente de la información que circulaba principalmente en Instagram, pude reconocer que aquellos pensamientos, sentimientos o conductas que estaba experimentando era una respuesta normal a la situación; comprendí que no era la única que estaba pasando por eso y que cada uno estaba haciendo lo mejor que podía.
A raíz de esto, considero que las herramientas tecnológicas han jugado un papel clave en la normalización del malestar relacionado al impacto de la pandemia a nivel emocional, y en general sobre la salud mental.
Muchos profesionales (me incluyo como futura profesional) se han apoyado de las redes sociales, y aunque aquello no reemplace el contacto humano, ha permito crear conciencia del malestar emocional y brindar las herramientas necesarias para poder entenderlo y enfrentarlo.
Pero no podemos olvidar que lo que vemos en Instagram o en cualquier otra plataforma, no es terapia, son recursos educativos. Lo veo como un “checklist” que me permite ir marcando las cosas con las que me voy identificando y así evaluar si yo o algún conocido necesita buscar ayuda profesional.
En estos momentos hay muchas cosas que se nos escapan de nuestras manos, pero de igual manera hay otras que sí podemos controlar. Es importante informarte de fuentes confiables y de personas idóneas, no de alguien que tomó un curso de tres días y diagnostica con solo leer tu mensaje, ni de los remedios caseros que comparte alguien que sigues.
Recuerda: la salud mental no se puede ver a través de las redes sociales, pero las redes sociales tienen gran influencia en nuestra salud mental. Depende de nosotros integrarlas en nuestra vida de una manera saludable.
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¡Un abrazo virtual!
María Sofía de Lourdes.
Muy buen enfoque. Apropiado para los tiempos que vivimos. Gracias María Sofía de Lourdes
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Muchísimas gracias!!❤
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Demasiado cierto, muchas personas creen que las redes sociales son un medio de terapia, desde compartir sus traumas o problemas para buscar aceptación o cobijo en la inmensidad de internet hasta creer que por ver post de psicología, salud mental o fases del mismo tipo eso puede sanar lo que tienen dentro y la verdad esque no es asi, existen profesionales que te guían en el proceso de superación.
Muy buen enfoque
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Muy acertado tu comentario!! 🙌
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Me encanto!!
A mi me ayudo muchisimo en estos momentos. Pero es necesaria la terapia de verdad y la voluntad de uno mismo de pasar este momento dificil.
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Gracias por tu comentario. La voluntad propia es un factor muy importante; me alegra mucho que hayas podido encontrar algo que te ayude. ¡Saludos!
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