Algo que aprendí en estos últimos meses es que el aislamiento debe ser físico, pero no emocional. Las situaciones difíciles nos enseñan cómo tener una red de apoyo representa un factor protector para nuestra salud.

R. Speck (1989) define red de apoyo como: “un grupo de personas, miembros de la familia, amigos y otras personas, capaces de aportar una ayuda y un apoyo tan reales como duraderos a un individuo o a una familia”.

Somos seres sociales por naturaleza es normal que ante ciertas situaciones necesitemos apoyo, compañía u orientación de los demás para poder salir adelante. Por eso quiero dejarte unas preguntas de reflexión para que puedas identificar quiénes forman parte de tu red de apoyo y puedas acudir a ellas cuando lo necesites.

1. ¿A quién recurres cuando estás triste?
2. ¿A quién recurres cuando tienes problemas en casa o en el trabajo?
3. ¿A quién recurres cuando estás abrumado (a) o estresado (a)?
4. ¿A quién le cuentas tus logros o alegrías?
5. ¿A quién le pides ayuda en momentos de incertidumbre?
6. ¿A quién le cuentas tus cosas sin que te sientas juzgado (a)?

Hay una frase que utilizo mucho, si reprimes explotas. En algún punto necesitaremos expresar nuestros sentimientos y pensamientos. Está bien si recurrimos a alguien más para hacerlo, ya sea un amigo, familiar o un profesional de la salud.

Por otro lado, si tú eres la persona de apoyo de alguien ten presente que con que con pequeños (grandes) actos de empatía podemos cambiarle la vida a la otra persona. ¿Qué puedes hacer?

1. Escucha de forma activa y sin juzgar.
2. No desvalides lo que siente y piensa.
3. Pregunta en qué puedes ayudar.
4. Reforzar los avances que se van consiguiendo.
5. Ofrecer ayuda para buscar apoyo profesional.

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¡Primera publicación del año! A pesar de las circunstancias, les deseo un bonito inicio de año. Que estas 365 nuevas oportunidades nos permitan seguir creciendo personal, profesional, familiar y espiritualmente.

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¡Un abrazo virtual!

María Sofía de Lourdes.